A Vuelapluma es el periódico escolar del foro de la página web Andén 9¾, en el que podrás enterarte de todo lo que ocurra de mano de nuestros foristas.


jueves, 19 de noviembre de 2009

Mugglerapid

Lectores de nuestro querido periódico escolar, hace unos días recibimos una protesta de un mago muy mago por los aparatos muggles que nadie sabe utilizar. Seamos sinceros, a todos nos ha ocurrido alguna vez que, de visita en casa de nuestros primos, nos han pedido que calentemos nuestro desayuno en el ‘microondas’ y hemos terminado con las greñas chamuscadas ;_; ¡Pero no temáis, compañeros! He aquí la manera de salvaros de próximas humillaciones: Mugglerapid

¿Cansado de electrocutarte al intentar enchufar la televisión? ¿Harto de tener que darle al interruptor cuando estás en una casa muggle? ¿Desesperado por no saber qué cogollos significan todas estas palabrejas? No sufras más. En menos de lo que tarda uno en dormirse en clase de Binns te convertirás en todo un experto en el mundo no-mágico.


Teléfono: si alguna vez habéis estado en el Ministerio (pillines, qué habréis hecho…), sabréis que la entrada de invitados es un cuartucho rojo con una ruedecita con agujeros. Y si no, la biblioteca permanece abierta hasta las ocho de la tarde. Lo que iba diciendo, la cosa esa negra con números (a veces están escritos en unos cuadraditos que hay que apretar) sirve para marcar las cifras que tu amor de verano te ha dado en un trozo de pergamino. El teléfono se debe coger por la parte del centro y se habla por la zona contraria a la pantalla o por donde sale el cable. Lo otro va pegado a la oreja. ¿Por qué? Pues porque por algún lado querrás escuchar los besos que te manda tu abuela, ¿no?
Y llegamos al momento clave: hablar. Bueno, supongo que no te tengo que explicar cómo soltar palabras por esa abertura que tienes en la cara pero, te lo ruego, no dejes sordo al individuo del otro lado. ¿Acaso en la Red Flu pegas esos gritos?

Autobús subterráneo, también conocido como ‘Metro’: ajá, una variante del sillón con ruedas común, el coche. Antes de entrar asegúrate de comprar un billete (no intentes pagarlo con sickels o un señor muy majo vestido de blanco te llevará fuera a un sitio muy bonito llamado manicomio, ¿de acuerdo?). Para poder montarte tienes que pasar por una máquina giratoria que se activa metiéndole el papelito antes nombrado. Os puedo asegurar que saltarlo es estupendo, pero parece ser que a los muggles no les va eso de la gimnasia.

Electricidad, enchufes y demás aparatos a los que será mejor que no te acerques: en las paredes normalmente te encontrarás unos cuadrados blancos con dos agujeritos en el medio. Seguro que alguna vez has pensado cuando los has visto: ‘¡Flipa pegatina, la de cosas que se pueden esconder ahí! A ver que guardó ahí el abuelo…’ Y sin más has ido a meter los dedos. ¡Pues no señor! Nadie puede hacerlo sin quedarse como una bengala de Sortilegios Weasley tras usarla contra un novato de los que abundan últimamente. (Bueno, Aileen, tú prueba, nunca se sabe lo que puede pasar…). Bueno, pues a eso lo llaman enchufe.
Otro consejo de vuestra profe favorita. Será mejor que no metáis la radio (en pocas palabras, concierto de las brujas de McBeth portátil) o la televisión (copia de nuestras fantabulosas fotos pero durante un rato largo, largo y en una pantalla que no se puede mover o te quedas sin postre. Lo repito, no, ni aunque salga McGonny bailando en bikini con el orondo Slug) en la ducha o recibiréis una sorpresita en forma de descarga eléctrica. ¿Ah, que no os he explicado qué es la electricidad? Eso se dice antes. Pues es… la magia de los muggles. Sí, eso. Como no saben usar las varitas, pues usan los enchufes, donde conectan una cuerda que pasa la electricidad a la tostadora o al friegaplatos (mira que son vagos, ¿eh? No son capaces ni de calentar unas rebanadas de pan en el fuego.)

Y se hizo la luz: no, compañeros, las antorchas no existen en las ciudades no-mágicas. Por algún extraño procedimiento que mi brillante mente de Ravenclaw ha podido descifrar (¿a que vosotros también queréis una cabecita así?), consiguen que un frasquito de cristal se ilumine y se apague a voluntad. Alucinante, ¿verdad? Pues es culpa de la electricidad. Lo que yo decía, unos vagos, la usan para todo.
Y os preguntaréis cómo se hace para que funcione esto. Sencillo, amigos, tan solo hay que apretar el cuadrado que se encuentra al lado de la puerta y ¡tachán!


Y aquí terminan los principios básicos para sobrevivir en una casa muggle sin mamá y papá. Ahora ya puedes quedarte en tu habitación durante las vacaciones sin peligro de pasar en San Mungo una temporada. ¡Felicidades! ¿A que te encuentras más aliviado que antes? (¿Qué son esas caras largas y bostezos? Sonríe y asiente, que es gratis. Así me gusta, chicos.)

Se despide Silver Johnson.

3 comentarios:

  1. Jajaja, es buenísimo, me recuerda a los anunciones de teletienda xD

    Muy buen artículo Silviii ^^

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  2. Increíble, alteza...estos muggles son de lo más ingeniosos. Seguiré atento los cursillos de Mugglerapid, lo de la variante del sillón con ruedas parece cómodo...pero algo claustrofóbico, mmm...

    FDR: muy bueno, Silver xD

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  3. Gran artículo para quienes no se manejan con el mundo muggle. Yo, al ser mestiza, me he criado prácticamente en el mundo muggle, así que, si queréis, puedo dar cursillos para sobrevivir en el mundo muggle.

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