Poción Luxuria: La viagra Mágica

Buenas tardes habitantes de Hogwarts, aquí Gossip Witch con las mejores noticias que hayáis leído jamás. Y no, no se centrarán en Rowle y Evans, como de costumbre, aunque si tocaremos un tema recurrente: los prefectos y sus trapicheos.

Muchos de vosotros, pequeños aprendices, no habéis llegado todavía a descubrir el arte de las pociones tanto como los alumnos de cursos superiores. Ellos han llegado a experimentar con ellas hasta tal punto que tienen sus propias creaciones. Por "respeto" a estos alumnos, que tantos cotilleos están dispuestos a hacerme escribir, no revelaré sus nombres, para que luego no acusen a una de poco profesional.

Parece ser que la Capitana Desterrada, como tantas otras antes que ella, ha sucumbido a los encantos de su compañero de casa, al que llamaremos Mr Requesón. Yo pensaba que la gran mayoría de asiáticos padecían de intolerancia a la lactosa, pero está visto que no. Esta reciente unión parece haber sido fruto de un negocio que ambos se traen entre manos: el tráfico de pociones ilegales. Recordemos que la Capitana Desterrada mantiene un parentesco, que yo no sabría deciros debido a su complejidad, con la mayor fabricante de Poción Luxuria que ha pisado Hogwrats, la Pervertida Pelirroja, y era cuestión de tiempo que este floreciente negocio se instaurara en Hogwarts por medio de los contactos de esta chica. Y no ha sido otro que Mr Requesón el complice de tan calenturiento plan.

Para aquellos ingenuos que no conozcan los efectos de ésta poción, pasaré a describirlos: calentamiento corporal, cosquilleo en las zonas erógenas del cuerpo, colapso neuronal, que a su vez ocasiona un ligero mareo, y distorsión de la realidad, que lleva a quién la toma a lanzarse a los brazos del primero que encuentre en su camino. Ya sabéis lo que dicen, no hay persona fea, sino poca Luxuria.

¿Podéis imaginar lo que sucedería si esta poción fuera derramada en la comida con la que nos alimentamos cada día? Aunque ese no era el propósito de estos dos individuos. Ellos rpetendían lucrarse con su distribución, hasta tal punto de llegar a tener una lista de clientes.

Pero sus planes se vieron truncados por una pequeña alumna que escuchaba detrás de la puerta, a la que llamaremos Lady Paranormal. Esta nueva alumna adora el chantaje, y eso fue lo que intentó con Mr Requesón, que no debió sucumbir a sus amenazas ya que fue delatado igualmente ante su Jefa de Casa y el profesor de Pociones. Esto ha terminado ocasionando la destitución de Mr Requesón del cargo que ostentaba, cosa que no le hecho ni pizca de gracia ni a él ni a su harén, que se ha lanzado encima de Lady Paranormal en un intento de arrancarle los ojos y vaciarle los oídos para que no vuelva mirar lo que no le icumbe ni a escuchar detrás de las puertas.

Y es que a Lady Paranormal le gusta cotillear casi tanto como a mi, pero no conoce el noble arte del espionaje tanto como yo. Parece ser que esta chica conoce también el verdadero paradero de la Placa de Capitanía de Slytherin, que según ella no tiene nada que ver con lo que yo aventuré en números anteriores. Desde aquí, pequeña, te reto a descubrir al verdadero culpable de esta desaparición, pero no tienes nada que hacer frente a la Reina Cotilla.

Ahora midamos la repercusión de este castigo. ¿Será casualidad que alumnos de a pie, normales y corrientes, tengan la contraseña dle baño del quinto piso? Esperemos que a Mr Requesón no se le vaya todo esto de las manos.

Me atrevo a decir que nuestra Catwoman particular no tiene ni idea de lo que sucedió en el despacho de los brebajes de Hogwarts, donde la situación se ha mantenido en el más absoluto de los secretos. Parece ser que la benévola Jefa de Casa del infractor no quería ver su remanso de paz sin más vigilancia que la suya propia, y ha preferido callarse antes que castigar a sus alumnos más destacados de la misma forma que a Mr Requesón, tal y como había prometido la directora. ¿Y como ha conseguido que el descuidado profesor de Pociones no se vaya d ela lengua con su amiga Minerva? ¿Mediante cantidades ingentes de galletas caseras? ¿Siendo su exclava en la cocina durante lo que queda de curso? ¿Dándole acceso libre a su invernadero? No, queridos amigos, todo apunta a que éstos dos miembros del profesorado tienen una relación que va más allá de la amistad. ¿Cómo explican sino que Pomona Sprout fuera a buscar a Horace antes de la cena de Nochevieja? El fuerte olor a comida habría sido suficiente para atraer al viejo profesor, pero tal vez Sprout quería pasar unos minutos a solas con su amante antes del banquete.

Eso explicaría por qué Hufflepuff está tan desatendido últimamente en cuanto a libertinaje se refiere, y a las pruebas me remito. ¿Cómo es posible que Pomona no se diera cuenta del floreciente negocio que se cocía dentro de sus cuatro paredes? Eso por no hablar de las pruebas de los efectos de la Poción dentro del dormitorio masculino.

Señores, luego hablamos de los elevados niveles de hormonas que parecen dominar a los alumnos de 11 años, pero aquí, quien esté libre de pecado, que lance la primera acusación. Con esto no quiero dejar fuera de mis noticias a todas esas parejas de alumnos nuevos que se besuquean por todos los rincones, aquellas con acompañamiento musical e interrumpidas por los fantasmas más sangrientos de Hogwarts, aquellas que creen vivir un romántico encuentro con armaduras como único testigo, incluso a aquellas en las que uno de ellos lo hace por divertimento o provocación, sin tener en cuenta que las preferencias de la persona a la que besan tal vez estén todavía encerradas en un lugar oscuro con olor a naftalina.

Pero no me puedo olvidar de una pareja en mi recorrido por lo más rosa. Una pareja que finge estar enamorada. Una pareja que ha urdido un plan para provocar los sentimientos más básicos en el corazón de otros. Pero supongo que eso es otro tema que tendré que abordar en otra ocasión.

Sé que me queréis.
xoxo