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jueves, 7 de enero de 2010



¡IMPREFECTOS!:

Buenos días queridos lectores de A Vuelapluma, aquí reportándose la niña más rosa y divertida del colegio.Seguramente recuerden que el mes pasado se ha hablado mucho de los prefectos y sus jueguitos raros en los baños. Pues, parece que el artículo escrito por nuestra talentosa Gossip le ha prendido la lamparita a nuestra directora, y ha tomado cartas en el asunto.

¿Que como lo sé? pues, me lo ha contado Peeves, de ninguna manera les permito que piensen que me he parado fuera del despacho, con la oreja pegada a la puerta, para escuchar el tumulto, no no.

Todo comenzó el pasado domingo cuando McGonagall citó a todos (y cuando digo todos digo todos) los prefectos y capitanes del colegio, a su despacho. En el mismo también se encontraban los 4 jefes de casa que echaban humo por la boca (sobre todo rastamandita, quién fue severamente reprendido por la directora, por fumar puros en el impoluto despacho de la misma).

Si bien a la reunión debían de asistir todos los prefectos, solo unos pocos valientes se animaron a dar la cara, y otros prefirieron pasar de la misma y de la vergüenza a las que podrían ser expuestos de labios de la directora.Resumiendo, McGonagall los acusó, con mucha razón, a todos de calenturientos y hormonados (aunque lo expresó con palabras algo más elegantes), basándose en pruebas como el espectacular artículo del mes pasado, antes mencionado, y una carta publicada en el periódico, que había sido enviada por uno de ellos, aunque lo bastante cobarde para dar la cara.

La reacción de los alumnos no se hizo esperar: a Redfield le agarró un ataque de nervios que casi se mea encima, cuando Sinistra le pidió “amablemente” que se cague en el compromiso de anonimato del periódico y delate al escritor/a de la carta. Pero el prefecto de las águilas, que en realidad, ha demostrado ser tan astuto como una serpiente, se lavó olímpicamente las manos sin quedar mal parado.

Rowle y Von Daniken, en cambio, se empezaron a acusar entre sí, demostrando una deslealtad de uno haci el otro, nada digna de la honorable casa fundada por el bendito Salazar.

Everness, bueno el no ha hecho nada más interesante que antiborrarse de galletas provenientes de los bolsillos de la profesora Sprout (cuídate Litheron, por que si no próximamente, en vez de estar “como un queso” estarás como una fiambrería entera).

De Guarr...digo, De Valyria sonreía, así sin más (me pregunto si se habrá quedado con algo de hierba, cuando Harrison abandonó el colegio). Y, ya que Harrison ha salido a colación, me dá el pié perfecto para comunicar que todos allí dentro llegaron a la misma conclusión. Azucena Arias, prefecta de raven, fue finalmente señalada como la culpable de escribir dicha carta. Parece que sus compañeros la han notado más deprimida y borde de lo normal últimamente, cuando antes era una tía enrollada y divertida. Pues, ese es el pasado de Arias, en el presente tiene su corazón golpeado por “un queso” y parece que eso afectó sus feromonas, causando que no se meta en las bacanales orgiásticas que se practicaban en los baños prefectiles.Y digo practicaban, por que nuestra directora se los ha prohibido terminantemente, amenazando con quitarles sus placas, a ellos y a sus compañeros de casa, si encontraba a alguno haciendo cosas raras o incumpliendo alguna de sus obligaciones de prefectos.Pero eso no es todo.

Además de dichas prohibiciones, nuestros queridos compañeros mayores han sido castigados cada uno por su jefe de casa y ¿adivinen cuál es el castigo?. Nada más y nada menos que ser utilizados de conejillos de indias en las clases del próximo curso. No sé ustedes, pero yo no me perdería por nada del mundo la oportunidad de darle un "Filtro de los muertos" a Rowle, o...probar la amortentia con Von Daniken.

Como conclusión de todo esto, no está de más fjarse en que los prefectos, capitanes y mayores, siempre son los primeros en quejarse de los niños de 11 años que llegan al colegio y sacan a relucir sus hormonas, pero ellos, que son los que deben dar el ejemplo a seguir a estos niños ¿No están haciendo lo mismo? ¿No se dan cuenta que no es que los niños están hormonados, si no que los imitan?.

1 comentario:

  1. Jajaja ..... Pobres prefectillos, que dirà Remus o.o jaja.

    Genial artìculo Fior, :)

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