Hay una crítica para tí.

Hoy, una lechuza se ha dignado a aterrizar en la Redacción. Llevaba atada una carta caústica y machacante, acerba y furiosa. Tinta roja, de un Gryffindor, seguro. ¿Qué? ¿Tienes ganas de verla? Pues adelante, porque hay una crítica para tí.

Un Troll en Hogwarts.

Hoy me he tomado la molestia de redactar esta carta y enviarla a A Vuelpluma para hablar de una amenaza que nos concierne a todos porque vive en este Castillo, entre nosotros, y no se oculta no, se deja ver.

Es pelirroja, pálida, ojos de un gris azulado desafiantes, Slytherin, estúpida… Voy a hablar, como no de Hal Enda Shaw. Una amenaza para la humanidad, a la que, espero, todos odiéis igual que yo. Seguro que lo hacéis, es imposible cogerle cariño a algo tan repugnante y vil.
Sus andares altivos, su actitud arrogante y sus intentos de humillación me hacen reír, es un simple bufón en mi vida, pero siempre está ahí, como un moscardón, rondándome e instándome a discutir con alguien de su calaña, que casi no puede articular dos palabras seguidas. Es alguien irritante y cansino, un desecho social y un aborto de la naturaleza, alguien tan… horrible, que su sola imagen me produce escalofríos. Un saludo para Megara, su gemela.



¿Y quién no ha sufrido a Hal Enda Shaw? Su voz cantarina y penetrante, aguda y molesta. Su mirada estúpida y desafiante, como si estuviera a mi nivel. Sus pobres balazos verbales, que matarían por minar mi orgullo. Su actitud, en ocasiones de amistad y en otras de odio profundo y acerbo. Todos ¿verdad? ¿Y por qué tenemos que seguir tolerándolo? A todos nos molesta, todos la odiamos, queremos hundirla en el fango de la humillación y soterrarla bajo un desprecio visceral. ¡Pues hagámoslo! Vamos a ignorarla, pasemos de ella, como si no existiera, dejándola sola con su triste y errática presencia, para que de una vez comprenda que la odiamos, que no queremos que esté entre nosotros y que es mejor que abandone Hogwarts y se pierda de nuestra vista. Que se esfume, literalmente, también sería bueno.

¿Qué nos lo impide? Nada de nada. No tenemos que insultarla, ni siquiera mirarla con desdén o desprecio, tan solo pasar de ella, ignorarla, desterrarla de nuestras vidas y aislarla en un mar de odio silencioso. Tenemos que hacerle pagar así sus malas miradas, sus zarpazos viperinos, sus arañazos al orgullo, su presencia. Tenemos que aniquilarla por dentro, criticarla silenciosamente, apartarla de nuestras vidas con un manotazo mudo y etéreo. Nadie la echará de menos, nadie la aprecia, nadie la quiere ¡nadie!
Y esto es todo, puesto que es tan despreciable y ruin el ser del que acabo de hablar que es inefable es desprecio que me profesa.

El más guapo de Hogwarts, y el más inteligente, y el mejor, al fin y al cabo.

Y bien, hasta aquí esta cruenta carta, cargada de la tinta del odio. ¿Interesante? Quizás no tanto para la culebrilla a la que iba dirigida. Reíros mientras podaís, porque quizás mañana haya una crítica para tí. Aunque lo más probable es que no, parece que todo el mundo en el Castillo está feliz con sus compañeros y todo es rosa, puesto que ninguna carta llega a la Redacción de esta índole. Venga, vamos, nadie se cree que vuestra vida sea así de feliz. Tsk.